jueves, 3 de febrero de 2011

¿Qué pasaría si hubiera dos soles?

En todo caso la pregunta sería: ¿Cómo sería la Tierra en caso de que orbitara alrededor de dos estrellas? Recordando que la nuestra es una estrella llamada Sol. Aunque la vida tal como la conocemos tendría pocas probabilidades en un mundo que orbitara en torno a dos estrellas, quizá podría prosperar una humanidad mejor adaptada a la luz y a las temperaturas extremas, y con la piel de color azul.

En el peor de los casos, dicho mundo estaría habitado por bacterias, cucarachas y aquellos organismos extremófilos adaptables a casi todo. Habría más estaciones con tormentas gigantescas y jornadas abrasadoras, seguidas de otras con temperaturas insoportablemente frías.

Tembién se tendrían noches poco oscuras, algo así omo vivir en la Antártida o en el Ártico durante el verano. Si los soles estuvieran cerca, no notaríamos mucha diferencia en la luz diurna, pero los atardeceres resultarían doblemente espectaculares. Más drásticos aún serían los efectos sobre la órbita del planeta, ya que la gravedad de cada estrella tiraría de ella en direcciones opuestas. Tal vez descriviría un 8 entre ambas.

En su cuento Anochecer, Isaac Asimov imaginó un planeta alubrado por seis astros. Cada mil años todo se ponían a la vez. Cuando sucedía, la población entraba en pánico: nunca habían experimentado la oscuridad total.

Además, los científicos no sospechaban que el cielo pudiera estar lleno de estrellas. En un sistema de varios soles habrá más luz, pero se robaría la noche.

En un mundo así, todos lo objetos proyectarían una doble sombra, error que no se tomó en cuenta en la Guerra de las Galaxias. Los seres humanos de ese mundo tendrían la piel azulada, ya que este color refleja los rayos nocivos del Sol. Porbablemente la pobalción sería más feliz, ya que la luz favorece la producción de vitamina D, que ayuda a combatir la depresión y los trastornos afectivos.

Los dos soles se eclipsrían, por ejemplo, cada 251 días. Este periodicidad serviría de base para elaborar un calendario de meses más largos, de unas 50 jornadas.

Dado el derroche luminoso, las plantas serían más exuberantes. Algunas, como los girasoles, podrían orientase hacia las dos estrellas.
 

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