Chris Dixo nos cuenta esta pequeña historia que invita a creer en la meritocracia
Mi amigo y socio de negocios Tom Pinckney creció en la zona rural de Carolina del Sur sin escuelas cercanas, aprendió a escribir juegos de vídeo y hackear sobre un Apple II. Tomó algunas clases de community colleges (instituciones privadas de dos años) pero ninguno de esos lugares podría darle un diploma de enseñanza media. En realidad no importa – todo lo que quería hacer era programar computadoras. Así que cuando llegó el momento de aplicar para la universidad, Tom imprimió un montón de código que escribió y lo envió a las universidades. Escuelas como Stanford y Berkeley no lo admitieron por no tener un papel que certificara su educación previa, pero el MIT observó el código y lo acepto sin dudar.En Estados Unidos tras conseguir el diploma de high school, el estudiante puede continuar su educación, ingresando en una universidad y cursando estudios superiores. Los estudiantes que no consiguen este diploma, pueden examinarse posteriormente tras completar su formación y así conseguir un certificado de Preparatoria, o GED (General Equivalency Diploma) que les puede servir para ingresar en la enseñanza superior.
Para su maestría algunas escuelas de ciencias se acercaron para reclutarlo pero Tom se quedó en el MIT, la escuela que le dio una oportunidad con su código.
Fuente: http://www.fayerwayer.com
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