jueves, 25 de agosto de 2011

Por qué Apple no debería preocuparse tras la renuncia de Steve Jobs

Tan pronto como Jobs presentó su renuncia durante una reunión de directorio, las acciones de Apple comenzaron a desplomarse. Sin embargo, algunos analistas advierten que el sector no debería subestimar a Cook. Las razones
Por qué Apple no debería preocuparse tras la renuncia de Steve Jobs
Ponerse en los pantalones de Jobs es sin dudas, una tarea titánica. Se trata del padre de la primera Mac, el cofundador de la compañía y responsable de su exitoso cambio de rumbo que se instaló con el nuevo milenio, e introdujo una verdadera revolución táctil gracias a sus dispositivos estrella: iPod, iPhone y iPad.
Jobs es además, uno de los personajes más influyentes de la èlite tecnológica de Silicon Valley, y en reiteradas ocasiones fue señalado como el CEO mejor identificado con su compañía. Al punto que, en el inconsciente colectivo, Apple era Jobs. Al menos hasta ayer.
Timothy D. Cook fue designado para ocupar el puesto del omnipresente Jobs, y a pesar de que las acciones de Apple comenzaron a caer en cuanto el ex CEO comunicó la decisión, hay quienes sostienen que el futuro de la manzanita está en buenas manos.
Cook obtuvo una licenciatura en ingeniería industrial por la Universidad de Auburn en 1982 y un MBA de la Universidad de Duke en 1988.
Antes de su arribo en Apple, trabajó una temporada en un distribuidor informático llamado Smart Electronics, y luego en la logística de PC de IBM durante 12 años. Luego, pasó seis meses como Vicepresidente de materiales corporativos de Compaq.
Cook se desempeñó como Director de Operaciones de Apple desde 2005, y fue nombrado CEO provisional en enero de este año, tras el sorpresivo alejamiento de Steve Jobs.
Pero esa no era la primera vez que el ejecutivo de 50 años se convertía en piloto de tormentas del gigante tecnológico: ya había sido designado como reemplazo de Jobs durante sus anteriores recesos, en 2004 (cuando se sometió a la operación debido a su cáncer de páncreas) y luego, en la primera mitad de 2009.
En aquella ocasión el hombre cerró su performance con una suba de acciones del 66%, lo cual le significó un bonus anual de 50 millones de dólares.
Dueño de un perfil bajo, Cook arribó a la companía en 1998 como Vicepresidente Senior para Operaciones Mundiales.
Durante su gestión realizó un significativo recorte de la línea de producción que redujo drásticamente los costos e incrementó los beneficios del fabricante en todo el mundo, a base de  mejorar la cadena de producción y ajustar los pedidos a la demanda de la compañía.
Desde el año 2000 hasta 2002, Tim Cook fue designado como Vicepresidente Senior para Operaciones Mundiales, Ventas, Servicio y Postventa.
Luego en 2002 y hasta 2005, ejerció como Vicepresidente Ejecutivo para Ventas Internacionales y de Operaciones, pero además, a partir de 2004, se involucró en la ingenería del hardware de Macintosh.
Aunque a la sombra del Gran Jobs, Tim Cook fue construyendo una sólida carrera, también gracias a una serie de decisiones operativas acertadas. Como cuando ayudó a la empresa a anticipar la demanda de productos inéditos.
En una ocasión, ordenó a Apple invertir $1250 millones de dólares para acaparar el mercado en los próximos años de un tipo particular de memoria flash que demostró ser crucial en los dispositivos subsiguientes.
Actualmente se desempeña como miembro de la Junta Directiva de Nike, razón por la cual se lo suele ver vistiendo zapatillas deportivas en las reuniones de directorio. Además, es un fanático del gimnasio y de la bicicleta y su ídolo en el deporte es el campeón ciclista Lance Armstrong.
Quienes conocen a Jobs, y a Cook, aseguran que sus personalidades son francamente opuestas. Mientras Jobs es percibido como un genio irascible y antisocial (pese al carisma que lo caracterizaba en las conferencias de Apple), Cook jamás levanta la voz. Por otro lado, mientras que Jobs basó su carrera en una mística construída en torno a su persona y en ideas visionarias, Cook es más partidario del trabajo metódico y constante.
Sin embargo, revelan que Cook es también un gran obsesivo, y que sus empleados suelen recibir mails a las 5 de la mañana, lo cual da una idea del grado de perfeccionismo en su trabajo. Algo que a Apple (y a Jobs, sin dudas) le sentará muy bien.

Fuente:  http://www.infobae.com

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