jueves, 4 de agosto de 2011

Facebook y Twitter son incubadoras de caprichosos, obsesivos y vanidosos


 


El término “búscate una vida” parece ser tomado cada día más al pie de la letra por muchos de los que ocupan largas jornadas delante de la computadora interactuando con otros avatares, por diversión, necesidad de pertenecer a un grupo o en busca de los cinco minutos de fama tan deseados e inalcanzables fuera del ámbito digital.
El breve tiempo de vida que tienen las redes sociales en el mundo y la velocidad aplastante con la que crecen, no habían permitido conocer con certeza su poder de modificación del comportamiento social, sobre todo en el segmento de  los heavy users de las redes sociales. Particularmente, en el caso de los jóvenes, esta rutina ha modificado las conductas y perfiles de muchas personas de entre 13 y 25 años convirtiéndolos en ejércitos de vanidosos, superficiales, necesitados de atención y otros tipos de patologías relacionadas con una típica crisis de identidad.

La investigación científica publicada por el periódico Daily Mail indica que este tipo de trastornos vinculados con las redes sociales son comparables con los caprichos de un niño pequeño en edad de “llamar la atención” provocando a su entorno para conseguir lo que desea, según aclara Baroness Greenfield, profesora de farmacología de la Universidad de Oxford.
Pero esto no es todo, este tipo de crisis podrían tener repercusiones serias al momento de las relaciones sociales reales por parte de estas nuevas generaciones de vanidosos o “Generación Facebook” como comenta Greenfield. Los resultados obtenidos en estos estudios fueron posibles luego de siete años del comienzo de la masificación de las redes sociales (Facebook abrió sus puertas en 2004), período que ha permitido estudiar a toda una franja de usuarios que han pasado prácticamente toda su adolescencia delante de una computadora.
Un logro como “estar en Twitter desde 2007″ (un año después de su nacimiento) puede convertirse para un profesional de las redes sociales en un dato relevante para demostrar sus conocimientos laborales, como también puede ser un denominador común en aquellos usuarios que lo utilizan como símbolo de status o vanidad para diferenciarse de los más novatos o con pocos años/meses en esos mismo ámbitos.
Este tipo de patologías detectadas en el segmento de jóvenes que existen entre los cerca de 1.000 millones de usuarios de Facebook y Twitter en la actualidad, y entre las que se destaca la demanda constante de atención y la vanidad, tendrían potenciales repercusiones en la concentración y en las relaciones reales, donde la pérdida de las habilidades para interactuar o realizar contacto visual con un interlocutor están siendo reemplazadas de a poco con habilidades relacionadas con la escritura e imágenes donde, no por casualidad, suelen verse favorecidos quienes las comparten.
La profesora Greenfield analiza la situación desde un punto de vista generacional y se preocupa por las repercusiones que estos comportamientos podrían tener en estos jóvenes y futuros adultos:
Piense en las implicaciones para la sociedad si las personas se preocupan más de lo que otros piensan acerca de ellos que lo que ellos piensan sobre sí mismos…

Fuente:  http://www.fayerwayer.com/

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